Thursday, September 13, 2007

Y hay vida más allá del horizonte... SCL-AKL-SYD-BNE


Desperté en mi último día antes de partir rumbo a Australia en Viña. Partimos con la Coñe (mi polola, novia) al borde costero de la Avenida Perú a sacarnos algunas fotos. No pude dejar de molestar con el hecho de que si me ponía a nadar desde ahí, derecho en dirección al oeste, terminaría, tarde o temprano, llegando a Oceanía. (La Coñe nada bastante mejor que yo, así que seguro que llega antes...)

Despedida de rigor en el aeropuerto, la segunda en menos de un año. Esta vez menos susto y más familia.

Luego de 13 horas de vuelo y tras cruzar el Océano Pacífico completo, pasando por zonas consideradas "oceánicas remotas" (tipo isla de Lost), toqué por primera vez suelo de Oceanía en el aeropuerto de Auckland. Para los que no han hecho el viaje, algo anecdótico: se cruza la línea de cambio de fecha, por lo que perdí un día respecto a Chile. O sea, partí el domingo a las 22:45 y llegué, tras 13 horas de vuelo, el martes a las 3:45 de la mañana. De vuelta al mundo anglosajón, todos hablando en inglés, gente de distintas razas y yo, como me suele pasar cuando viajo, tranquilo y acostumbrado de inmediato. El switch mental idiomático correspondiente y a empezar a pensar y soñar en inglés.

So then I forgot how to speak Spanish.... naaaaaa! Mula, imposible, no soy de esos amargos (Réne Seminole Hard Rock, "shilenos" de North Carolina, algunos exiliados políticos y algunos cuicos) que dicen haber olvidado el idioma y las raíces después de haber sido chilenos en la Patria. Es imposible.

Llegué a Sydney a eso de un cuarto para las siete de la mañana. Lo primero que me llamó la atención fue el hecho de que estaba tan claro, a pesar de ser temprano en la madrugada. Era algo así como la luminosidad de las nueve de la mañana en Santiago, en verano. Después me contarían que en el verano, Australia tiene su alba a eso de las 4 y media de la mañana... Bueno, aeropuerto Kingford-Smith, bastante grande, aviones de países "exóticos" como Singapur, Taiwan, Papua Nuev Guinea (¿y no seremos nosotros tal vez los exóticos?). El proceso de inmigración, un agrado comparado con la paranoia yankee. Eso sí, son súper estrictos en lo que en Chile hace el SAG. Tienes que declarar todo contenido orgánico que ingreses al país, so pena de varios cientos de dólares o prisión, en caso de que traigas mosca de la fruta o alguna pandemia por el estilo. Después de revisar mis zapatillas de tenis (por la arcilla), un Costanuss y un flan de manjar que traía, por fin en territorio canguril y presto a cambiarme de terminal, al doméstico, para la conexión a Brisbane. El proceso fue medio engorroso, por no decir latero, ya que el aeropuerto está en remodelación y hay que pasearse por todo el lugar en buses especialmente dispuestos ante la inexistencia de una vía de comunicación directa interna. 4 horas esperando el vuelo de Qantas (Quantas) a Brisbane (Brisban). Tras el despuegue, una buena panorámica de la bahía de Sidney, con la ópera y todo.

Finalmente, luego de 30 horas de viaje, Brrrrrrrrrisbane, Queensland. Yo venía desde Chile con polera, polerón y chaquetón, nada muy útil cuando hacen 25 grados y 80% de humedad ambiental. El aeropuerto: muy moderno, cosmopolita y con un monorriel que conecta con el centro de la ciudad. Me recordó un poco a Orlando, por el clima y la onda; mucho aviso de parques temáticos, zoológicos, playas, hoteles. Pique de unos 20 minutos al centro (City) y de ahí cambio de andén al tren intraurbano que me llevaría a la casa en donde alojo actualmente. Otros 20 minutos y de ahí a caminar se ha dicho con los 2 bolsos, la mochila, el chaquetón y el calor húmedo subtropical. En realidad no me quejo, es harto mejor que el frío.

Llegué a la casa, ubicada en un barrio residencial bastante agradable y tranquilo. De ahí descansar un rato, salir a conocer las inmediaciones y comprar algo de fruta. Ahí el primer garrotazo: una naranja cuesta cerca de un dólar y medio australiano, como 600 pesos. Un ice tea en botella de 350 ml., 3 dólares y medio... Bienvenido al primer mundo, en donde los precios de los productos básicos son exhorbitantes. Espero que los sueldos sean proporcionales.

En la noche llegó el Teco, el amigo que me recibió acá. Intercambio de algunos encargos y seguramente alguna conversación de la que no me acuerdo nada, estaba raja. Mal que mal, en Chile eran las 8 de la mañana (del día que en Australia ya terminaba). Había pasado de largo...


El set completo de fotos del viaje en mi bitácora de Flickr.


Saludos,

Jaime.